“El Club Juvenil Horizonte nace el año 1980 fruto del compromiso de la Caja de Ahorros Municipal de Burgos con la juventud de Burgos. Un aspecto importante de las Cajas de Ahorro era, como se sabe, la Obra Social. Esta pretendía poner a disposición de la sociedad todas aquellas iniciativas que contribuían a su desarrollo cultural o social. En este sentido las Cajas de Ahorro habían abordado, en general, el tema de la atención al sector de los mayores (centros de ocio, residencias…). El mérito de la Caja de Ahorros Municipal fue lanzarse a la atención de los más jóvenes creando un centro cultural y lúdico. En ello fueron en verdad pioneros en el mundo de las Cajas en Burgos. El espacio destinado a esta idea se estableció en los bajos de un edificio de la Calle, entonces, Manuel de la Cuesta (hoy Anna Huntington). Una vez concluidas las obras de preparación del Centro y establecido el objetivo final del Club, que no era otro que ofrecer a los jóvenes un lugar de encuentro, de cultura y de diversión, se pensó en la persona que sacaría adelante la idea. La persona designada fue Jesús María Villaverde Beato quien dirigió el centro durante sus primeros once años de vida. Ya las instalaciones tenían de por sí atractivos claros para una mente joven: una saladiscoteca, una sala de estudios, una sala de revelado, una sala de juegos, una sala de informática y varias salas de usos múltiples. Los comienzos fueron bien sencillos puesto que el método fue siempre adaptarse a las demandas reales de los chicos y chicas que iban acercándose al centro. O sea que con propiedad, el centro se consolidó de abajo arriba. Y, respaldadas por las instalaciones, fueron configurándose las distintas actividades. Surgió así una biblioteca del gusto de los jóvenes usuarios ya que los libros que se adquirían no eran sino los que los profesores de los Institutos recomendaban o mandaban leer a sus alumnos. Así surgió una colección de discos, en lo fundamental, al gusto de los jóvenes socios ya que eran ellos los que iban demandando los vinilos que hacían impacto. Y así surgieron las distintas actividades en función de las demandas reales: un grupo de espeleología, otro de fotografía, otro de teatro, otro de informática, otro de música, otro de excursionismo etc… Todos y cada uno de ellos dotados de todos aquellos elementos materiales que se necesitaban para que fuesen debidamente implementados. En mi opinión ésta fue la razón principal del éxito de este Club: un lugar de encuentro distendido de gente joven, hecho a la medida de sus usuarios y con medios suficientes para ir cubriendo los distintos objetivos.  Por otra parte, la única condición para ser socio, aparte del pago de una cuota simbólica de pertenencia, era ser respetuoso con los demás y tener ganas de hacer algo. Resumiendo: fue una iniciativa muy interesante que marcó muy para bien a aquellos que pudieron disfrutar de tan brillante y rica oferta.

(D. Jesús María Villaverde Beato)”.